Fe Fructífera

Quizás te hayas hecho esta pregunta antes. Una vez que uno se ha comprometido a convertirse en un fiel seguidor de Jesús, ¿ahora qué? Soy un cristiano nacido de nuevo y lleno del espíritu, pero ¿qué pasa después?

Pedro, en su segunda carta nos inspira a crecer continuamente en nuestra fe. No fuimos salvos solo para convertirnos en espectadores del éxito de otros, sino para caminar un viaje con Jesús inspirando a otros a través de nuestro propio encuentro con Dios. No fuimos llamados a encontrar comodidad, sino a contribuir. ¿Qué se supone que debemos contribuir?

Sabemos por los escritos de Pablo, Así que la fe es por él oír, y el oír, por la palabra de Dios. Romanos 10:17

Pero luego también sabemos a través de Santiago, Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Santiago 2:17

A través de nuestra fe debemos dar fruto aplicando obras a nuestra fe. Nuestras obras no son para la salvación porque la salvación es por gracia y solo por gracia. Sin embargo, de acuerdo con las enseñanzas de Pedro, tenemos la capacidad de crecer en nuestra fe siendo productivos y efectivos en el mismo mundo en el que vivimos.

Dios nos ha equipado con todo lo que necesitamos para ser productivos en nuestro caminar de fe. Al conocer a Jesús y ser partícipes del poder divino, estamos preparados para vivir una vida piadosa.

Cómo todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.  

2Pedro 1:3

Esto significa cambio para nosotros, debemos aprender a pensar y vivir diferentes. Este es un proceso, pero Pedro proporciona algunos pasos prácticos como valiosas adiciones a nuestra fe que se adquieren intencionalmente. 

Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.

2Pedro 1:5-7

Como pueblo de Dios, tenemos el poder, pero también tenemos la responsabilidad de aprender a crecer en un carácter piadoso y desarrollarnos en nuestra jornada de fe. Constantemente somos un trabajo en progreso que aprende cada paso del camino.

Pedro luego hace una declaración en su carta, pero mas bien agrega perspectiva a las cualidades que sugiere que deberíamos agregar. 

Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

2Pedro 1:8

Al tomar medidas considerables y aprender a aplicar estos pasos en nuestra vida cotidiana, podemos contar con ser efectivos y productivos, lo que significa una jornada de fe fructífera. Pablo a menudo se refirió a esto como “trabajo fructífera”.

Para que podamos hacer una diferencia y un impacto en este mundo, primero comienza con nosotros.

Si permitimos que Dios trabaje en nosotros, él podrá realizar obras notables a través de nosotros.

Agregar cualidades tangibles a nuestra fe requiere esfuerzo, disciplina y dedicación

Confirmando nuestra llamado y elección no es en vano. Nuestras obras son vistas por Dios y él es fiel a su promesa. Si permanecemos fieles y fructíferos, un día recibiremos la maravillosa bienvenida a su reino eterno. 

Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

2Pedro 1:10-11

Comments are closed.

Create a website or blog at WordPress.com

Up ↑

%d bloggers like this: