“You will seek me and find me when you seek me with all your heart. I will be found by you,” declares the Lord”
Jeremiah 29:13,14
In my only eight years of parenting two boys I have learned so much. Not only on how to be a father, but also how God sees us as his children.
Everyday I come home from work; I am greeted by my boys chants, “Dad, come find us!” As they are still frantically trying to decide they’re hiding spot; I pretend to not know were they are and patiently seek them out. “Where are you?”
We hide from God…
How many times do we hide from God, as he patiently comes and seeks us out? Through his word, through a messenger, a song, a friend that touches our heart. He is an omnipresent God that can speak to us in any way that will grab our attention just to seek us out.
We hide from our calling, we hide from our purpose, but he lovingly seeks us out back to his presence. Just ask Jonah how running from God worked out for him. Hiding is caused by so many different reasons, but that is a topic for maybe next week. We could also ask Adam how hiding from God worked out for him.
God searched for Adam from his hiding place, not to condemn him, but to restore him. When we run and hide, God seeks us to restore us or to heal the wounds we encountered.
God hides…
However, there are times when God seems to hide from us and we are the ones searching for his presence. We pray and feel as if we cannot get through our roof. We pray and cannot find an answer. We seek and feel as if we cannot find what we are looking for.
God uses our situations at times when we need to seek his presence. When our heart is far from where it should be, God wants to be found. Things don’t always go our way, but can work for the good if we search for his presence.
David searched for God when it felt as if he was hiding from him. “My God, my God, why have you forsaken me? Why are you so far from saving me, so far from my cries of anguish? My God, I cry out by day, but you do not answer, by night, but I find no rest.”
It is a hide and seek relationship…
We hide, God seeks us. God hides, we seek God. God seeks us for restoration and healing even though we hide. What makes you seek God? Simply out of love, appreciation, gratitude, because it’s the right thing to do? Or do you seek because you are in a tight bind? What makes you seek?
What ever the reason maybe, God can always be found just as he will always find us.
“For everyone who asks receives; the one who seeks finds; and to the one who knocks, the door will be opened.”
Matthew 7:8
Al Escondite
Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar.
Jeremías 29:13,14
En mis ocho años de ser padre, he aprendido mucho. No solo sobre cómo ser padre, sino también cómo Dios nos ve como sus hijos.
Todos los días llego a casa del trabajo; Los chicos me saludan: “¡Papá, ven a buscarnos!” Como todavía intentan frenéticamente decidir dónde esconderse; Finjo no saber dónde están y pacientemente los busco. “¿Dónde estás?”
Nos escondemos de Dios…
¿Cuántas veces nos escondemos de Dios, cuando él pacientemente viene y nos busca? A través de su palabra, a través de un mensajero, una canción, un amigo que toca nuestro corazón. Él es un Dios omnipresente que puede hablarnos de cualquier manera que atraiga nuestra atención solo para buscarnos.
Nos escondemos de nuestro llamado, nos escondemos de nuestro propósito, pero él nos busca amorosamente a su presencia. Pregúntale a Jonás cómo huir de Dios funcionó para él. La ocultación es causada por muchas razones diferentes, pero ese es un tema para quizás la próxima semana. También podríamos preguntarle a Adán cómo esconderse de Dios le funcionó.
Dios buscó a Adán desde su escondite, no para condenarlo, sino para restaurarlo. Cuando corremos y nos escondemos, Dios nos busca para restaurarnos o curar las heridas que encontramos.
Dios se esconde…
Sin embargo, hay momentos en que Dios parece esconderse de nosotros y nosotros somos los que buscamos su presencia. Oramos y sentimos que no podemos atravesar nuestro techo. Oramos y no podemos encontrar una respuesta. Buscamos y sentimos que no podemos encontrar lo que estamos buscando.
Dios usa nuestras situaciones cuando necesitamos buscar su presencia. Cuando nuestro corazón está lejos de dónde debería estar, Dios quiere ser encontrado. Las cosas no siempre salen como queremos, pero pueden funcionar para bien si buscamos su presencia.
David buscó a Dios cuando sintió que se estaba escondiendo de él. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos de salvarme, tan lejos de mis gritos de angustia? Dios mío, lloro de día, pero no contestas, de noche, pero no encuentro descanso.
Es una relación de escondite…
Nos escondemos, Dios nos busca. Dios se esconde, buscamos a Dios. Dios nos busca para restauración y curación a pesar de que nos escondemos. ¿Qué te hace buscar a Dios? ¿Simplemente por amor, aprecio, gratitud, porque es lo correcto? ¿O buscas porque estás en un aprieto? ¿Qué te hace buscar?
Cualquiera sea la razón, tal vez, Dios siempre se puede encontrar tal como siempre nos encontrará.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Mateo 7:8